domingo, 6 de marzo de 2011
Ser Vieja Guardia
“Anclado en 1990”, vi la caída del Muro, hice la Constitución, marché para decir “No más”, pero vi también “Baby Boom”, el pesado “Italia 90'”, el afán, por “adaptarse a los tiempos”, la cesación del “Larga Duración”; pobres vinilos, comenzó la década, a grito universal, hay que grabar en “Compact Disc”, la música es digital, en “vaina” digital, no más acetatos, pesados, distorsionados, gracias por sus servicios, pero no volvamos, por favor. Una década después, los productos de música, más costosos, en Londres, París, Nueva York, eran “The Monkees”, “Supernatural”, The Beatles, en Larga Duración, nuevos, recién lustrados, para los más pudientes. Hoy, ahora, yo tengo un “Crosley”, tocadiscos, “Anni 50”, para el lobby, “loft”, tengo a Marce, Duffy, mis favoritos, en vinilo, quiero “The Rolling Stones No.2”, en vinilo también, y todavía son los más costosos, en los estratos más altos. “Eso”, negro, rayado, descontinuado, sacado por la puerta de servicio, regresó como un “dandy”, como un objeto de deseo, deseado, necesitado, por la puerta principal. Así volvieron, los quieren, la comida lenta, como en el Piamonte, las verduras, la paila, el “Wok”, el café, auténtico, preparado en olleta, colador, como en la finca, en Cocora, el que nos dio reconocimiento, estrato, Moody's “AAA”, en el globo. Por eso también hay regreso a los clásicos, “80s” “Back To Basics”, “La 33”, “Retrosoul”, “Shaka Rock”, mi amor platónico, soltándose sus rizos rubios, paseando en plataformas, en Los Angeles, París, dando otra vez “Well Well Well”, su “Masterpiece”, su éxito de fin de año. En la rueda, el circuito, el tapete, me dicen que soy muy lindo, les gustan mis “coreos”, mis hombros, mis piernas, haciendo una rutina más, otra suite, como los clásicos, “El piano teaser”, “Baila de Rumba”, “The Jackson”, el café Angelitos, quiero volver, con la rubia, o la chica del desierto, o la pequeña maravilla, instruyéndola, a bailar los clásicos, verse como Brigitte, Claudia, ser de bien, quererse, consentirse, los valores, los clásicos, que no volvieron más, por tanto afán, de entregar, ser competitivo, sobrevivir, no entiendo; quiero bailar otra vez, quieren verme, mientras la manada, que me engañó, que no me esperó, por ser Vieja Guardia, hoy se hace daño, se cae a pedazos. Para mí, eso de, “acorde con los tiempos”, “muchos no pueden estar equivocados”, me engaña, me despoja de lo que tengo, y se vuela. Yo vi la caída del Muro, a la colegiala, en tacones, probé el mejor café del mundo, el chocolate, con su guarnición, después de llover, escuché a los juglares, Ricardo Ray, el New Wave, todavía viven, en mi casa, en la oficina, a todo mundo le gustan, se escuchan por siempre.
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