lunes, 14 de febrero de 2011

Una vez más es 13 de febrero

Este también es el diario sensible. Año del algodón de dulce, equinoccio del engrudo, día de la charca: Después del chubasco, antes del último sol, el “broadcaster”, anunció a la colegiala, su último single, acudió, con su uniforme escocés, un bombín, “sheer”, los primeros tacones,y dio una “suite”, como The Beatles en The Cave, deliciosa, histórica. Mismo año, solsticio de la amapola, noche del día del ponqué: Después de un verano frondoso, escuchando a la rubia, acudió a variety más visto del país del mamoncillo, con su cabello como el sol, su chamarra ”western”, sus botas Hungría, bailando sobre ellas, dio un recital, como una vuelta en La Bombonera. Ese año, conseguí dos artistas, dos sirenas, dos amores. Nos fuimos todos por las casetas, el barrio colonial, copamos las canchas, dimos todas las vueltas. Después me cambié de barrio, entré al “High”, dejamos la casa de la niñez, nos cambiamos el corte, no nos vimos más. Y cuando me olvidé totalmente, el año de la paella, el solsticio del vermouth, el día de la arepa, un 13 de febrero en el gregoriano, caminando por el casco viejo, encontré a la rubia, como en sus años mozos, todavía en sus años mozos, fue tan especial, que formamos una fiesta, en el country, en obra negra, sin entregar, nos tomamos el country, los barrios antiguos, nos metimos a la dulcería, nos fuimos todos, nos dimos un atracón, con las colombinas, los “marshmellows”, no quedó un merengue. Quedó para la historia, para la posteridad, que cuando llega el 13 de febrero, es el aniversario del reencuentro, la noche de la nostalgia, aquí, donde llueve, con sol. Es como el Ramadán, vamos todos, y con más fervor después de las fiestas de hace dos años, el año de la viña, pensando en el aniversario más ruidoso, tirar la casa por la ventana, un revistero de Barrio Norte, pensó en la colegiala, se acordó de ella, fuimos en su búsqueda, y la encontramos, justo el día del barquillo, el gregoriano, y así, al día siguiente, fué la gran movida, de los niños del Pilar, la ciudad toda de celeste, blanco, carmín, papel, el Tren de la Sabana, la tomatina de Buñol, “Carnaval toda la vida”. El tren quedó muy bonito, tomamos muchas fotos, y así como la dulcería, esa vez asaltamos el Godiva, la tienda de cacao, la “Xocolatera”. El 13 de febrero es el día del algodón de dulce, es también de la rubia soul, la menina, la reina de los puentes, las “muñecas del cha cha chá”, que cantan más dulce, hacen sonrojar. Es el día de a movida infantil, juvenil, la era del algodón de dulce, el “aguaelulo”, el amor de estudiante. Y para coronar, es la víspera de San Valentín, a ver qué vamos a regalar, de Vacheron, Jimmy Choo, a dónde vamos a cenar, luego a bailar bajo la luna.