"Apague rápido"

"Oiga", "Qué nota", "Volúmen"; pues, yo le subo, también me gusta, yo también quiero elevarme, con lo nuevo de U2, "Stand Up", con lo nuevo de The Verve, o de Naif, o el Cover de David Bowie, "Heroes", solo bass , así "action", "Tennesee". Bueno, pues, de niño, a ver si en mi cuarto, mi estudio, hacía lo mismo con mis clásicos, mis "chicas". Escucharme los favoritos era un problema. Para este niño, tímido, maleable, reactivo, escuchando a "La Chica del Tren", la rubia de Veracruz, la de París, es como una espada, un florín, "Kiritsuke", "Touché", me abre, me desnuda, me pone en evidencia, el sol pleno, me alumbra, me quema, me van a mirar. Entonces, corra al control de volúmen, "Mute", apague, que no me invada, necesito huir, estar lejos, correr al desierto para salvarme. Así, definitivo, impropio; no veas cuando estan mis papás, mis amigos, "Help", "Aiuto", "Au secours", tenaz, pecho a tierra, una barricada, una cueva, sí, "no sé qué le picó", "está ahogándose", por salir al mundo, sin valor, sin armadura, o una estrategia de guerra, o de valor, para salir entero, sin que me importe qué dirá la gente. Bueno, así nació la cabaña, el "Campari", el "Harrods", ahora tengo el pelo largo, paseo por Montecarlo, puedo hacer prototipos bellos, funcionales, cocina "chic", y puedo pasar por la aduana a mis clásicos, mis chicas, compartirlos como "Retro", "Chill", "New Wave", pintarlas, en términos de "influencias", "tesituras", "carácter", y no tengo ya que ¡Apagar!. Ya no paso penas, o asomarme por la trinchera a ver qué ocurre afuera, o perderme de los momentos. Me perdí de mucha dulzura, aunque todavía, la espada es bella, y el corte es perfecto.